Por Fernando López
Gildo Insfrán se convirtió en una gran incomodidad para el Gobierno Nacional. Logro una foto ambigua y una declaración presidencial que permiten dar una lectura de respaldo en publico pero caras largas en privado.
“Formosa periódicamente es objeto de cuestionamiento de los sectores de siempre. De ningún modo avalo la violencia institucional”, respaldó el presidente Alberto Fernández, en declaraciones a la señal de cable C5N, al mandatario formoseño.
Desde el gildismo a pleno analizan las protestas como un intento desestabilizador fomentado por la oposición local y nacional junto a los medios “hegemónicos”. Las teorías lanzadas desde la calle Belgrano, van desde el freno al contrabando de soja, que en realidad decomiso Gendarmería, hasta la intervención de un ex presidente paraguayo con conexiones formoseñas por el contrabando de cigarrillos. Fiebre conspiranoica.
Insfrán viajó este lunes Día de la Mujer para la firma del “Acuerdo Federal para una Argentina Unida contra la violencia de género”. El vuelo privado, estimado en 50.000 dólares, salió temprano para una reunión con el ministro de Interior, Wado de Pedro, por la represión ocurrida el viernes al mediodía.
Las versiones en la Rosada sostienen que recibió un portazo en cada oficina que golpeó y le exigieron cambios, pero públicamente el presidente Fernández ofreció declaraciones que sonaron a respaldo aunque también a sacarse de encima el problema: “les pido a los formoseños recuperar la paz social”, dijo.
Mientras los reclamos ocurrían en la Capital formoseña por 5° día consecutivo, también lo persiguieron hasta la Ciudad de Buenos Aires donde un grupo de personas reclamaba por la presencia del formoseño. Inclusive hubo un desplante del Jefe del GCBA, Horacio Rodríguez Larreta, que faltó este lunes al acto porque no quiso compartir el evento con el gobernador de Formosa.
Hasta el ex presidente, Mauricio Macri, aprovechó el momento de debilidad de el formoseño y disparó: “La violencia con la que han respondido a las manifestaciones en Formosa es inaceptable. Quiero expresar mi total apoyo a los formoseños. Los acompaño en este difícil momento. Seguimos esperando una respuesta a lo sucedido por parte del gobierno nacional”, escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter.
Los gestos que se vieron en el acto mostraron a un Insfrán con el acompañamiento nacional, es una ilusión suponer que el gobierno que maneja la vicepresidenta Cristina Fernández tenga pensado soltar la mano. Acaso no lo admiran: la justicia no es una incomodidad que mantiene el formoseño, a contramano de los dolores de cabeza que le generan a la ex presidenta.
Formosa periódicamente es objeto de cuestionamiento de los sectores de siempre. De ningún modo avalo la violencia institucional”,
Presidente, Alberto Fernández.
Con las palmadas en la espalda, no tardó en salir un comunicado oficial del Gobierno formoseño sin autocrítica y justificando la represión: “Las manifestaciones de cualquier sector de la ciudadanía deben ser respetadas y la actuación disuasiva de las fuerzas debe ser acorde a la situación que debe enfrentar, tratando de evitar por todos los medios la violencia”, dice el texto. Aunque realizaran sumarios a los efectivos que se propasaron, el fino hilo vuelve a cortarse.
La versión oficial del Gobierno sostiene que la juez de Instrucción y Correccional, Karina Paz, en turno fue informada de los episodios. Sin embargo en una entrevista en el canal TN, la magistrada dijo que se enteró recién pasadas las 14 de lo que estaba ocurriendo. Y admitió no haber dado una orden, que parece nadie haberla dado.
En lo doméstico, Insfrán mantiene a su ministro de Gobierno, Jorge González, como responsable político de la policía. Y tiene lógica: porque correrlo si no se admite la represión como un error. Acaso el único capaz de sostener con un poco de hidalguía una defensa mediática, el resto de la pirámide dirigencial muestra un severo déficit de la palabra.
El fin de semana corrió una suerte de enroque de cargos. Jubilar a un integrante del Superior Tribunal de Justicia, para que desembarque González. Y en el ministerio de Gobierno se sentaría, el diputado Armando Cabrera, como un premio consuelo después de aspirar a la vicegobernación. El rumor era demasiado alocado como para comprarlo.
De todos modos, Cabrera no pierde la ilusión y se lanzó con un comunicado afirmando que pretenden “a toda costa forzar la renuncia de Insfrán, utilizando a un pequeño porcentaje del pueblo y anteponiendo intereses sectoriales”. El traje listo y el cabello engominado.
“El de (Gildo) Insfrán es como el régimen de Stroessner. A Stroessner lo elegían cada cuatro años pero no quería decir que había una democracia de verdad”
Presidente del PRO Nacional, Patricia Bullrich
Los números de la pandemia en Formosa son los mejores del país. Es indudable, pero volver a las restricciones de la Fase 1 hizo saltar a las pymes formoseñas, los privados, que pueden ser considerados los enemigos de un modelo sostenido por la billetera o el látigo: “al enemigo ni perdón”.
Para tratar de domar la protesta en las calles, dominio favorito del gildismo, anunciaron un paquete sin definiciones y sin apertura a mesa de conversaciones. Mientras desde el Gobierno llamaron al presidente de la Federación Económica de Formosa, Enrique Zanín, para decorar el consenso. Zanín uno de los proveedores favoritos y siempre dispuesto. Las cámaras pymes, por tanto, ponen condiciones y no quieren asistencia: quieren trabajar.
“Pretenden “a toda costa forzar la renuncia de Insfrán, utilizando a un pequeño porcentaje del pueblo”
Diputado provincial PJ, Armando Cabrera.
Todo el Gobierno, que es lo mismo que decir PJ, sigue apuntando a la oposición, por eso aprovechó la visita de la líder del PRO nacional y ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrrich, acusándola de ser la mano dura represora. Acaso lo mismo por lo que se señala a Insfrán, ironías de la doble moral militante.
“El de (Gildo) Insfrán es como el régimen de Stroessner. A Stroessner lo elegían cada cuatro años pero no quería decir que había una democracia de verdad”, comparó la líder del PRO.
La atracción que genera Bullrich logró unificar a los distintos sectores de la oposición radical–PRO, el bogadismo no participó, armando una suerte de pequeño acto en la marcha del lunes. La foto que esperaba el gildismo y que a muchos de los manifestantes incomodó.
Con la gente en la calle y la mirada puesta en Formosa, Gildo Insfrán mostrará una versión edulcorada pero no se moverá un centímetro de las decisiones ni habrá cambios sustanciales. “Tenemos la verdad”, dijo en un discurso del 2 de marzo. La versión original vuelve a las calles cuando los invitados, dejan la casa. Y puede ser aún peor.