Más de año y medio llevan cerrados los pasos fronterizos entre Formosa y el Paraguay: Alberdi-Formosa,Cano-Pilar, Coronel Bruguez, Puerto Pilcomayo y el más importante que es el de San Ignacio de Loyola.
Ahora, el gobernador formoseño Gildo Insfrán ya aceptó mantener una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay, Euclides Acevedo, para discutir la apertura de alguno de estos pasos para después de las elecciones.
“Estoy esperando que pasen algunas cuestiones electorales en Argentina para tener contacto con el gobernador de Misiones y de Formosa”, reconoció Acevedo ante la prensa paraguaya.
Para esos encuentros, ya el gobernador formoseño dio el visto bueno: una señal positiva en el vecino país tomando en cuenta que siempre fue el que más rechazó la posibilidad de reabrir fronteras internacionales y locales como medida sanitaria.
Así es que durante más de un año, Insfrán mantuvo el bloqueo de Clorinda con una fuerte presencia policial en la frontera seca y con una suerte de “zona tapón” controlando los accesos.
La reapertura dependerá de la situación epidemiológica: en Paraguay ya son cerca de 100 los casos de la variante Delta y con sospechas de una circulación viral comunitaria.
En Formosa, fue la variante Manaos que entró desde el vecino país, según funcionarios formoseños, y tuvo el pico de contagios y muertes en mayo.
Claro, el principal problema no son los pasos legales, sino el ida y vuelta clandestino. El propio funcionario paraguayo reconoció que “finalmente, el peor contagio que puede haber en frontera es el contrabando”.
Sin embargo, el propio gobernador formoseño hizo una “escapadita” a territorio paraguayo que no fue informada como una visita oficial. Lo mismo ocurrió con el intendente de Clorinda, Manuel Celauro, que pudo transitar por las fronteras sin inconvenientes.
Protocolos y vacunas
De lado paraguayo, el ministro de Relaciones Exteriores adelantó que el movimiento en zona de frontera se puede controlar con un protocolo de filtros y una garantía de que, ante posibles contagios, habrá una disponibilidad sanitaria en las ciudades de frontera.
“Creo que la tarjeta de vacunación es un presupuesto importante, pero no necesario todavía”, explicó Acevedo pero supone que “puede formar parte del protocolo, podemos discutir con los gobernadores que desde el momento que nuestros compatriotas tienen la doble vacunación se puede garantizar que no van a contagiar a nadie de nada; , concluyó.