“Por la aguda situación económica y social de los trabajadores”, con esa frase en el primer párrafo el gremio de estatales provinciales y municipales ATE presentó un pedido formal para que la administración de Gildo Insfrán pague un bono de fin de año.
El gremio realizó una asamblea donde definió que ese pago debe ser de por lo menos $30.000 “como consecuencia de los salarios cada vez más deteriorados por la persistente inflación”, que consideraron es “impuesto a la pobreza”.
Este año, la pauta salarial dispuesta por el Gobierno provincial alcanzó el 52% sobre los sueldos del mes de febrero, sumado a las actualizaciones de las asignaciones familiares con alcance a los activos y pasivos.
En el análisis de los funcionarios provinciales, esos números son suficientes para superar la índices inflacionarios que para el NEA ya alcanzaron una inflación anual del 53,2% hasta octubre. Con un acumulado en el 2021 del 39,2%.
En la lectura de ATE esto no resulta suficiente para combatir los aumentos de precios “produciendo no solo un daño económico” sino que pone a los estatales “al borde del caos familiar” .

A Casa de Gobierno entró la solicitud para que también alcance a los empleados municipales de toda la provincia: “los planes sociales son más altos que lo que cobran los compañeros”, justificó el secretario general de ATE, Néstor Vázquez.
En la presentación del pedido, desde el gremio aseguraron que el gobierno de Gildo Insfrán puede afrontar este pago con el superávit que presentó la provincia de $4.900.000 en el mes de septiembre.