Por Fernando López
El gobernador Gildo Insfrán mantiene su estilo en Formosa, la Capital Federal o Israel, donde está ahora: distante, misterioso, lejos de la prensa y sobre todo con un círculo cercano que evita fugar información sensible sobre sus acciones.
Con ese estilo lo describe el diario La Nación en un artículo sobre el movimiento de los integrantes de la misión Argentina en Israel que encabeza el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, junto a otros gobernadores y funcionarios del gobierno de Alberto Fernández.
El viaje tiene mucha atención en Argentina: hay aroma a cocina política sobre el futuro del país, de Alberto y Cristina Fernández, así como la hoja de ruta electoral para cada uno de los apetitos de poder.
En concreto, ya se mencionan varias reelecciones que se están armando, incluido el octavo mandato de Gildo Insfrán. Así lo reflejan dos artículos publicados por el periodista Jaime Rosemberg, que sigue los pasos de la comitiva en medio oriente.
Con un Frente de Todos nadando en la incertidumbre para el 2023 por sus cruces de novela del mediodía, Insfrán no descarta anticipar el proceso electoral formoseño para el primer semestre del 2023.
Existe un cercano antecedente, cuando en el 2019 adelantó los comicios locales para junio y así se evitó tener que lidiar con la incertidumbre de un armado nacional, en ese momento, con más dudas que aciertos. El principal problema de Insfrán no es ser reelecto, sino lograr el escudo protector de una Cámara de Diputado con números a su disposición.
Está claro que el múltiple gobernador formoseño no descarta estrategias para quedarse en el poder. De las 7 reelecciones, 4 fueron con maniobras para garantizarse un triunfo abultado.
- 1999: Su primera reelección, se enfrentó con el ex gobernador Vicente Joga en una carnicería política que terminó con la interpretación constitucional por parte del STJ que lo habilitó.
- 2003: Convocó a una convencional constituyente donde impuso la reelección indefinida. Para lo único importante a lo que fue llamada esa reforma.
- 2011: Eliminó la ley de lemas en la categoría de gobernador ante el tridente opositor de Joga, Ricardo Buryaile y Francisco Nazar.
- 2019: Adelantó las elecciones para los cargos provinciales a junio. Con el costo financiero de la convocatoria.
Demasiados antecedentes como para no suponer que el modelo gildista intenta mantenerse en el gobierno con el precio que sea necesario pagar.
El juego del misterio
En los primeros días, Insfrán se mostró con un estilo informal y “se paseó sonriente durante las primeras horas de la delegación argentina en el Estado hebreo. Claro que el formoseño lo hizo a su modo, charlando con dirigentes de su confianza y evitando el contacto directo con la prensa”, escribe Rosemberg en La Nación.
Grafican que el mandatario formoseño se mantiene fiel a sus costumbres formoseñas: “compartió comentarios durante la recorrida por la Ciudad Vieja de Jerusalén con su ministro de Economía, Jorge Ibáñez, y el senador santiagueño Emilio Neder (su compañero de asiento en los autobuses que trasladaban a la delegación)”, describió el articulo.
“También participó de la visita a la Iglesia del Santo Sepulcro, pero prefirió evitar la extensa cola de gente agolpada para entrar al sepulcro propiamente dicho y pasó un largo rato en un local de antigüedades, aunque salió sin bolsita ni paquete recién envuelto. Fue en la puerta de ese local donde se sumaron a la animada charla los gobernadores de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y de Río Negro, Arabela Carreras. Evitó participar de la presentación formal del viaje en el Hotel Dan de Tel Aviv, y fue siempre fiel a su estilo de alejarse de los flashes, esquivar preguntas eventualmente incómodas y con alta dosis de misterio”.
Así se mueve Insfrán, un hombre de costumbre y cultor del bajo perfil en territorio ajeno. Ya es suficiente llamado de atención su vigencia en el top del poder formoseño.