El ministro del Superior Tribunal de Justicia, Ariel Col, fue uno de los disertantes en los Talleres de Formación Política que lleva adelante el diputado provincial gildista, Armando Felipe Cabrera, en los salones de su agrupación que llevan su nombre.
Cabrera fue uno de los principales operadores políticos del gildismo y es quien puede patear puertas de los juzgados para acelerar o congelar causas incómodas políticamente.
Cabrera, ahora, tiene un poder diluido y trata de encontrar un perfil más cálido e intimista en las redes sociales, pero con un pésimo asesoramiento de imagen que le hizo rozar el ridículo. Hasta el propio Insfrán lo retó públicamente por “instagramear” en un acto y lo congeló.
La participación de Coll a estas reuniones políticas no fue la primera invitación de un magistrado: el juez Electoral, Daniel Moreno, que formó parte de la oficina jurídica del diputado provincial antes de llegar al Tribunal Electoral Permanente también disertó.
“Independencia judicial”, es el tema que eligió el ministro de la Corte formoseña para disertar ante una platea de alto paladar gildista en el Salón Armando Cabrera de la localidad de Ibarreta: estuvo el intendente, Adan Jarzinky, en primera fila y concejales del sector política alineado con el legislador.
Ariel Gustavo Coll es el único sobreviviente en funciones del Superior Tribunal de Justicia que en el tumultuoso 1999 votó a favor de la primera reelección en la interpretación del artículo 129° de la Constitución provincial y le permitió a Gildo Insfrán acceder a su segundo mandato.
Cabrera abrió fuego a las disertaciones con un sugestivo temario: “Juicio Político”, herramienta que le permita manejar los hilos de la justicia mediante la mayoría especial que mantiene Insfrán.
Ética e independencia
El Poder Judicial de Formosa tiene un Código de Ética de Magistrados y Funcionarios que rige su comportamiento y en su artículo 7° establece que “Los jueces y funcionarios judiciales deberán evitar participar en actividades políticas o en asociaciones sociales, religiosas, cívicas, deportivas o educativas, en cuanto promueven exclusivamente la obtención de réditos económicos o políticos que puedan comprometer la dignidad del cargo o interferir en sus actividades judiciales”.
El precepto consagra una prohibición que “es esencial en el ámbito judicial”: La de participar en actividades políticas partidarias o de grupos o sectores relacionados con el poder político o para disputar el mismo. “La prescindencia del magistrado en cuestiones políticas es una condición esencial del sistema judicial”, dispone el artículo.
Ya la Asociación de Magistrados y funcionarios recibieron una donación por parte del Gobierno provincial para su salón de fiestas que fue construido con fondos de los formoseños. “La independencia judicial”, apenas una charla.